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Qué ver en Castro Urdiales
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LOCALIZACIÓN
La Ermita de Santa Ana se levanta sobre un peñón al inicio del Rompeolas de la villa costera de Castro Urdiales, junto al Puente Medieval Romano, al antiguo puerto pesquero y al promontorio donde se encuentran la Iglesia de Santa María de la Asunción, el Castillo y Faro de Santa Ana y las ruinas de la Iglesia de San Pedro.
HISTORIA
Se trata de una pequeña ermita que fue construida en 1926 y que, posteriormente, en 1941, se tuvo que reconstruir debido a una fuerte galerna que la dejó tocada.
Ya en el siglo XXI, concretamente en los años 2001 y 2003, se llevaron a cabo una serie de excavaciones en el peñón sobre el que se levanta la ermita que ayudaron a descubrir evidencias de que existieron edificaciones de la época romana, antes de que se construyera la ermita.
ARQUITECTURA
Se trata de un pequeño edificio de planta cuadrada situado en lo alto de un peñón y al que se sube por una escalinata empedrada. La entrada a la ermita es un pórtico adintelado sostenido por dos pilares de sección cuadrada. Fue construida en piedra y está rematada con un tejado a dos aguas.
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LOCALIZACIÓN
La Residencia de Pedro Velarde se encuentra en pleno centro urbano de la villa costera de Castro Urdiales, en la calle María Aburto, pegado al Chalet de los San Martín y cerca de la Casa o chalet Sotileza, la Casa Isidra del Cerro, el conjunto del Palacete, Castillo y Jardines de Ocharan y la Casa de “Los Chelines”.
HISTORIA
Esta casa-palacete fue encargada en 1899 por Dolores de los Heros al arquitecto castreño Eladio Laredo y su finalidad era ser usada como Asilo de Huérfanas. Posteriormente se convirtió en vivienda privada de un indiano y finalmente, se utilizó como Residencia de Educación y Descanso.
El edificio ha recibido una rehabilitación recientemente y actualmente es propiedad del Ayuntamiento, que lo utiliza como Casa de Cultura, Escuela Municipal de Idiomas y para la celebración de congresos y exposiciones.
En 1993, fue declarada Bien de Interés Cultural.
ARQUITECTURA
Se trata de edificio que consta de sótano, dos plantas y ático. Destaca su fachada principal, en la que aparece un cuerpo que sobresale en planta sobre los laterales. En ella podemos ver la puerta de entrada, una terraza abalaustrada, una cornisa decorada con cerámica y un vano ovalado de gran belleza.
Se emplearon durante su construcción gran variedad de materiales distintos, como la piedra, el ladrillo, cerámicas esmaltadas, yeserías y maderas labradas, destacando sobre todo lo demás, las maravillosas cerámicas realizadas por Daniel Zuloaga.
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LOCALIZACIÓN
El conjunto del Palacete, Castillo-Observatorio y los Jardines de los Ocharán se encuentra en pleno casco urbano de la bella villa costera de Castro Urdiales, en la Calle Menéndez Pelayo y entre el castillo y el palacio, pasa la calle Leonardo Rucabado. El conjunto está cerca del Chalet de los San Martín, la Residencia de Pedro Velarde, la Casa Isidra del Cerro, la Casa o chalet Sotileza y la Casa de “Los Chelines”.
HISTORIA
Luis de Ocharán encargó la construcción del conjunto a principios del siglo XX al arquitecto castreño Eladio Laredo y escogió un lugar inmejorable desde el que además podía ver cómo descargaban sus barcos en el muelle que, precisamente, se conoce como Muelle de Don Luis.
Dicho paraje recibió el nombre de “Toki-Eder” que quiere decir “hermoso lugar” en euskera, y realmente merece el nombre, ya que dentro de la finca se encuentra el espléndido Jardín Histórico llamado Jardines de los Ocharán.
El palacio se construyó en el año 1901 y el castillo-observatorio, posteriormente, en 1914.
En 1984 el conjunto fue declarado Monumento Histórico y en 1985, Bien de Interés Cultural.
ARQUITECTURA
Hablemos del palacio y del castillo-observatorio de forma separada.
El palacio o palacete es de estilo ecléctico y fue concebido a la manera palladina, al estilo de las villas italianas del renacimiento, con fachada porticada enmarcada por columnas clásicas de doble hilera haciendo que parezca un templete y con una escalera lateral de doble acceso. Se trata de un edificio de 4 alturas con una torre cuadrangular de carácter clásico y tejado a cuatro aguas.
Destaca su fachada principal que se asienta sobre una superficie de mampostería cubierta de hiedra con unos vanos circulares con rejas. En la primera planta destacan las diez columnas jónicas que soportan la terraza del segundo pico y que asemejan a un templo clásico. Entre el segundo y tercer piso podemos apreciar un hermoso friso cerámico que adorna la fachada.
El castillo se encuentra al otro lado de la Calle Leonardo Rucabado, antigua vía del ferrocarril. Es de inspiración neomudéjar y neogótica y se encuentra rodeado por una muralla almenada que confiere al conjunto del castillo y sus jardines una ambientación medieval. Destacan sus torres almenadas y sus vanos con arco de herradura. El observatorio es un pabellón de estilo oriental.