Arenas de Iguña
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La localidad de Arenas de Iguña es la capital del municipio que tiene el mismo nombre, se encuentra a 48 km de Santander y a 177 metros de altura sobre el nivel del mar.
Este municipio de la comarca del Besaya se compone de los pueblos Bostronizo, Cohiño, Las Fraguas, Los Llares, Palacio, Cedredo, San Cristóbal, San Juan de Raicedo, San Vicente de León, Santa Ágeda y La Serna. Limita al norte con Cieza, al este con Anievas y Corvera de Toranzo, al sur con Molledo y Bárcena de Pie de Concha y al oeste con Los Tojos y forma parte del partido judicial de Torrelavega.
En esta localidad de 600 habitantes podemos encontrar edificios como la ermita de Santa Lucía, la ermita barroca de Santa Cruz, las torres de Núñez de Bustamante y de Quevedo y Castañeda o la portada de Mesones.
Se celebra el Corpus Christi , el jueves posterior la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés (es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección).
HISTORIA
El Valle de Iguña ha sido la ruta de comunicación más transitada e importante entre el Mar Cantábrico y La Meseta y Castilla.
La presencia humana en estos lugares es milenaria. Se han podido probar importantes asentamientos desde la protohistoria en esta zona, algunos de ellos tan conocidos como el castro situado en la cumbre de Espina del Gallego (entre los valles de Anievas e Iguña)
Los romanos sometieron a las poblaciones locales y allí levantaron campamentos como el de Cilda (de 22 hectáreas) y crearon una calzada que atravesó el Valle, esta era la Calzada de los Blendios (que unía Pisorca y Iuliobriga con Portus Blendium (Suances) hecho corroborado con el miliario encontrado en la localidad de Pedredo.
En la Alta Edad Media se multiplica el número de núcleos repoblados como atestigua la iglesia de San Román de Moroso de Bostronizo (del siglo X) de estilo mozárabe.. documentada desde 1119 en una escritura en la que la reina doña Urraca se la cedía al Monasterio de Silos. Posteriormente se construirían los templos de Santa María de La Serna (en el s.XI) y San Juan de Raicedo (en el s.XII).
Mediado el siglo XIV Arenas, La Serna, San Juan de Raicedo y Santa Agueda dependían de la bailía sanjuanista de Población de Campos, en Palencia, exceptuando algunos solares que pertenecían a Santillana del Mar y algunas iglesias que pagaban diezmos al monasterio de San Salvador de Oña (Burgos).
En el valle de Iguña era un territorio dependiente del rey (realengo) siendo sus vecinos hidalgos, labradores y gentes de behetría (podían elegir al señor que quisieran), pero esta situación cambió en el año 1444 cuando Juan II, rey de Castilla donó todos estos lugares al señorío de Castañeda, siendo el titular Juan García de Manrique. Tras pertenecer a los Manrique Lara pasaron a los condes de Castañeda y de éstos a los marqueses de Aguilar, hasta que a comienzos del XIX la jurisdicción volvió a manos del rey.
En 1822 se instituyó el ayuntamiento de Arenas de Iguña con la constitución de municipios independientes.