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Las primeras referencias datan del siglo XVIII. Consta de dos alturas y cubierta a dos aguas con muros de mampostería y hastial es de sillería. Se accede por una portalada de sillería con arco de medio punto y cornisa horizontal. Anexa la casa se encuentra una ermita trasladada a Barcenaciones desde Casar de Periedo en 1730.
La Casona de Ceballos el Caballero se encuentra en la localidad de Argomilla en Santa María de Cayón.
Debió levantarse a finales del s.XVI, cuentan que sobre una fortificación anterior. Casona solariega que perteneció a Antonio de Ceballos, abad de San Andrés de Argomilla y caballero de Santiago. Llaman la atención los cubos almenados y los cuatro arcos de medio punto. Declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Cantabria pero… ¡¡¡es una cuadra!!!
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Aparatosas murallas dispuestas en dos líneas concéntricas, completadas en algunos puntos por una tercera. Dos líneas defensivas exteriores que servían de corte en un posible acceso. Tres puertas diseñadas para hacer imposible la entrada en bloque de un contingente enemigo. El resto de las defensas de la pequeña «acrópolis» (6 hectáreas) era la propia naturaleza en forma de lapiaces y paredes de roca inabordables.
Fue habitado al menos entre los siglos VI-II a.c. Asomado a la bahía de Santander y a los valles intermedios del Miera y conectado visualmente con otros poblados fortificados cántabros. Castro de Castilnegro (Medio Cudeyo-Liérganes).
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El Palacio de los Fernández de Velasco, en Entrambasaguas, está formado por una casona levantada a mediados del s.XVII y un segundo cuerpo (a la izquierda en imagen) a modo de casa-torre que fue concluido en 1782.
El escudo nobiliario de la casona principal corresponde a los Villar y Barreda, mientras que fue el capitán Juan Antonio Cordero Cantolla, miembro de los Reales Batallones de Marina y teniente de navío de la Real Armada quien ordena construir la casa torre. En ésta última lucen las armas de Cordero, Villar, Cantolla, Barreda y Villalante.