Viajar, salvo para ejecutivos y desplazamientos business es uno de los hobbies más compartidos por todos y cada uno de nosotros, a priori, aunque con alguna diferencia, todos vamos buscando lo mismo, diversión, cultura, arquitectura y gastronomía, definen los cuatro pilares básicos de cada viaje de ocio.

En la provincia de Cantabria llama la atención sus numerosos monumentos, siendo el buque insignia de esta provincia el Palacio de la Magdalena, que destaca por su eminente diseño pensando en la realeza y que cuenta con una historia amplia que podemos vislumbrar en sus jardines, paredes y en cada mueble barroco de estilo inglés y español que se encuentra en su interior.

Tanto la gastronomía, con denominación de origen, como sus numerosos monumentos, como la amabilidad de sus gentes y la tranquilidad de sus tierras, son conocidos mucho más allá de sus fronteras, pero hoy desde este rincón queremos incitaros a que disfrutéis un poco más de cada uno de los rincones de Cantabria.

Hoy queremos invitaros a que disfrutéis del encanto de sus alojamientos, primeramente en cuanto a arquitectura se refiere, destacando sus balcones altamente ornamentados que identifican la carpintería exterior de las casas típicas cántabras. Interiormente destacamos los techos de maderas formando artesonado simple, sin el recargado que nos dejó la cultura mudéjar.

Una vez destacada la arquitectura básica pero a su vez peculiar de los alojamientos típicos cántabros, pasamos a la convivencia, os animamos a quedaros un tiempo de relax en la zona de alojamiento compartiendo y viviendo con las personas autóctonas, aprendiendo la cultura e intercambiando ideas, de manera que el aprendizaje y el disfrute de cada lugar se comparta de manera recíproca.

Cantabria es mucho más que sus grandes edificios y sus productos con denominación de origen, Cantabria es su gente y cada pequeño detalle del rincón más escondido, Cantabria rebosa felicidad, amabilidad y tranquilidad.