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La gastronomía infinita de Cantabria

cocido-lebaniego

La gastronomía de Cantabria es una tabla de mar y montaña, dominada en la franja costera por el pescado y marisco y en la montaña por las carnes sobre todo de vacuno, caza y ovino el famoso cabrito de las zonas pasiegas y lechazo lebaniego.

En común las dos áreas comparten bastantes platos de cuchara el más importante el cocido montañés, habitual de todas las áreas de nuestra comunidad.

Dentro de los platos de cuchara tenemos los tres más significativos, el cocido montañés antes mencionado, el cocido lebaniego y la marmita, sorropotun en la zona de costa.

Los pescados y marisco provenientes del mar Cantábrico tienen un carácter diferenciador de otros orígenes debido a las peculiaridades de este, confluencia de corrientes, pequeña plataforma continental, cabezos etc., ya se hacía mención a la langosta de Santander en la batalla de don Carnal y doña Cuaresma en el libro del buen amor.

La huerta es algo que nos depara cantidad de sorpresas, los pimientos de Isla, los tomates de la franja costero oriental, los caricos montañeses, la berza de asa de cántaro, las patatas de Valderredible y los puerros son algunas  de estas sorpresas de alto valor culinario.

En el apartado de los lácteos, Cantabria ocupa uno de los principales lugares de la geografía nacional, en lo referente a queso tenemos tres diferentes denominaciones de origen, y dependiendo del área podemos degustar quesos procedentes de los tres tipos principales de leche, sin olvidarnos de los yogures y la leche fresca, algo ya difícil de encontrar en el resto de la geografía nacional.

En el apartado postres es un catálogo tan extenso casi como  municipios tenemos en nuestra región, la quesada, los sobaos, las corbatas, los sacristanes, algún postre monacal todavía nos queda procedente de los pocos conventos de clausura que quedan, pantortillas etc.

Últimamente comienza a resurgir el vino y la cerveza en nuestra comunidad, vuelve la vid algo presente en nuestra gastronomía desde tiempos anteriores a los romanos y con famosos chacolís como el de Cueto, a día de hoy tenemos presentes en unas cuantas bodegas que elaboran vinos blancos de la costa y tintos de Liébana, así como destilados, el famoso orujo de Potes, ginebras, vermut. Dentro de las cervezas, cervezas de autor artesanas, volvemos poco a poco a intentar ocupar el primer puesto como elaborador de cerveza a nivel nacional que fuimos a principios del siglo XX. Y vuelve a ocupar un lugar en la gastronomía nuestra tradición sidrera perdida y recuperada, algo que conocíamos desde la época prerromana y que vuelve con fuerza para quedarse definitivamente.

La gastronomía cántabra se ve influenciada por nuestros vecinos, Vascongadas y Asturias, que se han sabido vender mucho mejor que nosotros y en muchos casos con una oferta más cara de igual o inferior calidad a la que nosotros ofertamos, pero mejor comercializada.

Existe otra tradición añadida a todo lo anterior unas escuelas de formación tanto de cocineros como de sala con una amplia tradición, donde se han forjado las mejores cocinas de nuestro país, teniendo representantes de nuestra comunidad en prácticamente toda la geografía nacional y bastante representación internacional.

Si a todo lo anterior le añadimos una oferta de ocio para todos los bolsillos, desde hoteles de cinco estrellas a infinidad de alojamientos rurales de buen precio situados en zonas de una belleza paisajística sin igual, y con oferta veraniega e invernal donde elegir, el otoño en Cantabria es único, la primavera desbordante, en verano no tan caluroso como en el resto, un invierno templado, mar montaña etc.

En resumen Cantabria es Gran Reserva, es infinita, ven a explorarla.



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