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Qué ver en Cotillo de Anievas

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La Iglesia de San Andrés se ubica en la población de Cotillo de Anievas, dentro del municipio de Anievas.

Presenta una construcción pequeña, de una sola nave, que ha sido modificada durante el transcurso de los años. Actualmente la iglesia se encuentra contorsionada en la cabecera con respecto a su eje y posee diversos añadidos que nada tienen que ver con la época románica. Nada se sabe de su historia, aunque es posible debido a su cercanía que estuviese dentro del ámbito de Castañeda o de San Román de Moroso.

La fachada Oeste está coronada por una espadaña alta, de dos pisos con dos troneras cada una, que se alzan verticalmente sobre la puerta situada a los pies de la iglesia. La primitiva iglesia a tenor de los restos que hoy se perciben en la estructura, poseía una espadaña más baja que la actual, externa al inmueble y con la nave más baja y retrotraída. La puerta que se sitúa en esta fachada, es apuntada y doblada, con un guardapolvos de billetes clásico. En sus laterales, se conservan tres canecillos a cada lado. Esto nos permite suponer que existió un tejadillo en la parte baja de la espadaña, antes de las sucesivas reformas. En sus muros se conservan diversas inscripciones en latín, aunque la más importante es la que se sitúa a la derecha del retablo de San Cristóbal, perdida en su mayor parte, nos aporta una fecha: “ER: EN / ERA: DE: / MIL: ECC: / ENOVE(N)TA: / EQUATRO / ANNOS”.

Posiblemente la datación de las demás inscripciones y el momento en que se realizó la mayor reforma de la iglesia, 1356, aproximadamente. Seguramente la advocación de la iglesia fue la de San Juan Evangelista y Santa Catalina, aunque actualmente su titular es San Andrés. La imagen principal y el retablo tienen como personaje principal a San Cristóbal. Es una elaboración ciertamente tosca (parece el mismo artesano que realizó las figuras del arco), sujeta con su mano derecha un primitivo bastón que se une al fondo de piedra donde se talla el relieve, y lleva sobre su hombro izquierdo, sosteniéndole con la mano, la imagen del Cristo-niño. Parece colocado a finales del siglo XV o XVI tras las reformas importantes que corrió la construcción. El muro sur, hoy cubierto en parte por una tejavana a modo de colgadizo, lleva también las señales de sus reformas.

En el centro, aproximadamente, existe otra puerta apuntada y doblada, con guardapolvos sencillo y cimacio seguido con escenas sumamente extravagantes: serpientes, ruedas, centauros, personajes con rabo, etc. Todo ello con significado cabalístico y con tendencias de ornamentación gótica. El ábside es semicircular, muy sencillo. Lleva una ventana en el centro que, con motivo de su restauración hace algunos años, dejó al descubierto su arco doblado que carga sobre columnas de fuste monolítico y capiteles muy semejantes. Se corona el ábside, así como el presbiterio, con una cornisa idéntica a la del muro norte, es decir de simple bisel, más o menos curvo. El muro norte, muy oculto por los añadidos posteriores de la capilla y de la sacristía, se corona por canecillos, todos de idéntica forma que los anteriores, excepto los dos últimos, el primero representa un barril y el otro, dos figuras humanas sedentes.

El arco triunfal es apuntado y doblado, descansando sobre cimacios sencillos con decoración en damero inclinado, poco resaltado. Los capiteles de este arco son casi idénticos, a base de cintas planas que se entrelazan, formando en las esquinas, pequeñas volutas. El templo ha sufrido una importante restauración hace varios años en la que se consolidó la cimentación, que había ocasionado grietas en el ábside y se acondicionó su interior. Fue declarada Monumento Histórico-artístico el 15 de enero de 1982 (Real Decreto 593/82).