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Santuario de Nuestra Señora de las Caldas

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LOCALIZACIÓN

El Santuario de Nuestra Señora de Las Caldas lo podemos encontrar en Las Caldas del Besaya, junto al Balneario del mismo nombre, en el municipio de Los Corrales de Buelna, situado en pleno centro de la región.

HISTORIA

Los orígenes del santuario se remontan a la Edad Media. Ya en 1604 el Concejo de Barros cede la modesta ermita que allí se situaba a los dominicos del convento Regina Coeli de Santillana del Mar.

Más tarde, en la década de 1660, se decide construir un nuevo templo, cuyas obras duran 18 largos años. Tras sufrir la exclaustración en 1836 durante la invasión napoleónica, la comunidad vuelve a ser reconocida en 1877 y se la eleva a la categoría de priorato.

A partir de 1943, cuando el santuario fue restaurado por última vez, podemos ver el actual edificio, que fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en el año 2002.

ARQUITECTURA 

Se trata de un conjunto arquitectónico compuesto por iglesia, claustro y vivienda de los frailes.Así mismo, es de reseñar la excelente biblioteca que custodia el monasterio, que incluye ejemplares del siglo XV.

La iglesia, de estilo barroco, presenta una sola nave con capillas hornacinas laterales comunicadas entre sí, con todas las cubiertas, con bóvedas de cañón con lunetos, y su cúpula, sobre pechinas en el crucero, decoradas con unas yeserías muy características. También podemos contemplar la portada de la iglesia, consistente en una puerta enmarcada con moldura de orejas encima de la cual podemos ver una hornacina con la imagen de Santo Domingo y el escudo de la orden.

Pero lo más destacable artísticamente que podemos encontrar en el santuario está en su interior. Podemos destacar una serie de tablas flamencas de finales del siglo XV atribuidas al “maestro de Santa Gúdula” con temas dedicados a la vida de San Vicente Ferrer. Así mismo podemos señalar también una talla sedente de la Virgen de las Caldas del siglo XIV y otra de la Virgen con el Niño entregando el rosario a Santo Domingo.

Pero sobre todo, lo más importante del santuario es el conjunto de retablos de estilo churrigueresco que datan de entre los siglos XVII y XVIII, únicos en Cantabria. De entre todos, podemos destacar el mayor, obra de Fray Alessandro en el siglo XVI, que muestra una imagen de la patrona. De los seis retablos laterales, al menos una parte de ellos se atribuyen al maestro trasmerano Antonio de Valdecilla y se datan en el siglo XVIII.



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